La Peralera

Nos hemos juntamos Yuste, Alberto, Joaquin, Manolo, Juan, Joserra, Mauro y yo mismo. Como el recorrido previsto era largo y había que estar pronto en casa lo hemos recortado bastante. El día erá bueno pero el viento soplaba con ganas. Salimos corriendo de Tres Cantos y recogemos a Joserra en el puente.



Casi no hemos parado hasta llegar a la cima del Balcón de Madrid donde algunos ya no hemos podido aguantar el ritmo y hemos subido más tranquilos. Bajamos por el sendero pero alguno se lo tiene que pensar dos veces antes de pasarlo.



Bajamos al arroyo de los Camorchones y enfilamos la trialera en subida, más divertida ya que de bajada es un paseo. Quien más quien menos todos hacemos algún pie y eso que no patina mucho la rueda. Cruzamos la carretera de San Agustín y al llegar casi al Pecado Mortal decidimos cambiar la ruta para llegar antes a casa.



Llegamos al camino alto de Pedrezuela y tras dudar si cogerlo o no por si se hace tarde lo enfilamos. Comemos algo en la praderita que está al llegar arriba.



A partir de aqui es todo bajada, sino fuera porque es la bajada que más subida tiene de las que conozco. Ya nada más empezar pasado un banco de arena hay un repecho que te hace echar el higado. Empiezo bajando detrás de Joaquín que me tapa todos los huecos para pasarle hasta que lo consigo. Pero para que, justo después de un pedregal con arroyo al final viene otro repecho así es cuestión de tiempo que me pase. Después el terreno tiene buen piso y se suceden las bajadas y las subidas así que también me adelanta Yuste. En el final quien quiso o se lo conocía nos metimos por un senderito que cada vez está peor pero se hace sin problemas. Esperamos al resto y cruzamos la carretera. Nos dirigimos al pie del Balcón de Madrid y volvemos por donde hemos venido pero cogiendo todos los senderos en vez de la pista.



En el tramo final con el viento de culo se avanza que da gusto. Pero para Manolo que ya iba tocado no hacía suficiente como para poder seguir el ritmo. Llegamos a Tres Cantos veinte minutos antes de la hora límite así que como era pronto los que no teníamos compromisos nos fuimos a rehidratarnos, donde Carlos nos estaba esperando.

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